EN PRIMERA PERSONA
La pasión
por el arte es una constante en mi vida.
La pintura me hace ser yo misma, sin
ataduras y sin tiempo. Por encima de
todo necesito pintar para comprender
mejor el mundo que me rodea, para
comprenderme a mí misma, para
reafirmarme, para construir y representar
el mundo que llevo dentro. Por
eso, pienso que los puntos de partida
de la creación artística
varían según las necesidades
interiores de la autora o del autor en
cada momento. Asimismo, creo que los
medios de expresión artística
que se eligen y la forma de abordarlos
configuran resultados diversos que responden,
igualmente, a esas necesidades y planteamientos
interiores. Actualmente, en mi obra se
ha colado la materia y me sirvo de ella
como vehículo de expresión.
Teresa Ortega
Cultura-Jaen
Teresa Ortega se lanza al lenguaje de la abstracción.
La artista destaca que en los dos últimos años abandonó la figuración
La artista jienense Teresa Ortega Ruiz pone de manifiesto, en la muestra 'Ver y Sentir', -que puede verse en la Escuela de Arte 'José Nogué' de la capital- su cambio en el discurso pictórico, que le ha llevado desde la figuración a la abstracción.
Según la pintora, desde hace dos años ha realizado un punto de inflexión en su concepción pictórica, rompiendo con la figuración y dejándose envolver por el arte abstracto, «si antes me motivaban las cosas que veía fuera de mí, un paisaje, una flor... ahora no, lo que siento dentro es lo que me motiva a expresarme», mantiene la artista.
Lo que persigue Ortega es que el espectador perciba y comprenda lo que la pintora siente a la hora de enfrentarse a esa obra. Busca en definitiva una conexión de sentimientos para lo cual usa un lenguaje abstracto donde el color y la mancha tiene un gran significado a la hora de la expresión. La pintora añade que en la exposición se aprecian dos momentos, uno algo más oscuro, con ciertos tintes dramáticos; y otro en el que aparece la luz y un color más puro y limpio cargado de transparencias.
Convulsión
Esta evolución en el concepto artístico de Teresa Ortega ha supuesto una gran convulsión, pues ha supuesto romper con el estilo que había trabajado siempre, porque «no podía trasladar lo que veían mis ojos, sino lo que sentía mi alma», añade. No obstante, considera que este paso ha sido emocionante, porque la evolución es positiva. «El arte no debe quedarse sólo en el sentimiento, sino que también tiene que tener algo de razón, de hacer oficio, de investigar y aprender». Una evolución que no se ha quedado en la abstracción, sino también en las texturas y materiales, ya que si bien esa primera fase de inflexión se caracteriza por las acuarelas y las aguadas, en los últimos tiempos investiga con texturas, arenas, etc.
Sala 'Fausto Olivares' de la Escuela de Arte 'José Nogué' Marzo de 2009.
18.03.09 /
ANTONIO ORDÓÑEZ
/ IDEAL JAÉN