Foto de juventud que aparece en un catálogo del GRUPO JAÉN,
junto a su curriculum y sus compañeros. Año de 1966.

TRAYECTORIA ARTÍSTICA

Nació en Torres (Jaén), inició sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios, donde obtuvo varios premios final de curso y el primer premio especial otorgado por el Instituto de Estudios Jiennenses.
Ha participado en numerosas exposiciones nacionales, regionales y provinciales en: París Madrid, Sevilla, Barcelona, Granada, Valladolid, Linares y Quesada.
Exposiciones individuales en: Jaén Madrid, Barcelona, Valladolid, La Coruña, León, Granada, Málaga, Cuenca y Almería.
Ha obtenido importantes y numerosos premios, entre otros:
Provincia de Jaén, 1957, 58, 60; Pintura al Aire Libre, 1957, 58, 59, 60, 61, 62, 66, 68 y 69; Nacional de Jaén, 1964, 65 y 72; Granada, 1961; Malaga, 1960; Valladolid, 1969; R. Zabaleta, 1972; Madrid, 1965.
Medalla de oro de la O. Sindical, Madrid, 1965, medalla de oro, Exposición Nacional R. Zabaleta, 1972; primer premio y Olivo de Oro, E. Nacional Cazoria, 1965,
Ha participado en los Grupos: Cantera, Vandelvira y Jaén.
Ha estudiado los grandes artistas del Renacimiento, en Roma, Flo­rencia, Siena y Venecia.
Tiene obras en colecciones particulares, de España, Italia, Francia, Alemania, Japón, Suiza, Estados Unidos, Puerto Rico, Argentina, Venezuela, etc.

Catálogo de la exposición de Juan Hidalgo en la Sala de
exposiciones del Club 63 de Jaén. Realizada en mayo de 1984.

Textos

Con la perspectiva que me da el tiempo y el espacio, —darla W. Fernández Flores que los árboles no dejan ver el bosque—, repaso la pintura, los pintores de Jaén, en ésta época determinada que, más o menos, ocupa la presente exposición y, lo que tengo entre las manos, es rico v enternecedor; rico porque, efectivamente, en número fueron y son abundantísimos, plurales y efectivos, los pintores que trabajan en nuestra provin­cia antes y ahora, que de los resultados ya se encargará la historia (siempre que no se silencien ¡claro! los nombres, que es la obligación más importante y el crimen más horrendo que puede cometer deliberadamente el cronista, el crítico, el biógrafo, el orga­nizador de cualquier clase de muestra. Víctor Hugo apuntó en Los Miserables una frase que viene al caso: "No hay hechos pequeños en la humanidad ni hojas pequeñas en la vegetación (libro ti¡, cap. I). Esta idea es cierta, a mi parecer, y cualquiera puede estar de acuerdo en que de momentos mínirries, de perseverancia —el genio es una larga paciencia", dijo el filósofo— se elaboran las más complicadas y eminentes tareas del hombre.
Otra cosa es que la obra de cada cual sea más o menos signVicativa, más extensa, más perseverante, depende de la cultura, la base técnica, la suerte, los amigos, las posi­bilidades o motivacicnes. Todos somos Jaén, Jaén con sus habitantes y, hasta la más humilde persona, la con'igura y vitaliza. Todos han constituido ese entramado dramático, tan expresivo de nuestra tierra. Parece imposible más, a partir de Zabaleta y hasta la fecha, sin contar a los jovencísimos, he elaborado rápidamente una lista incompleta desde los años sesenta (porque no conozco bien la provincia) de hasta ochenta nombres de pintores, ceramistas o escultores que con exposiciones en su haber y una labor continuada son: Juan Almagro, M. Almansa, C. de Andrés, Miguel Ayala, Baldoy, Ballesteros, Paco Baños, Barrera Roldán, Barrera Wóllf, J. Balda, Mº L. Berro, L. Berges, Burgos, Blas Cabrera, Carrillo, Paco Cerezo, M. Cobo, José Cortés Bailán, Cortés Morquera, Criado Sola, Cruz León, Cózar, Juan Cuenca, C. Gº Cevallos, P. Domingo, P. Extremera, Luis Flores, J. Gallardo, M. García, M. Góngora, González Orea, Guirado, Guzmán Ortega, Bonifacio Gutiérrez, Antonio Hervás, Hidalgo, Hórgat, Antonio Horna, Huele, Ingrain, Jíménez, Jofra, Lendínez, Liébana, Linares, López Santiago, Lembrado Duro, M. Kayser, Diego Marcos, I. Mármol, Juan Martínez, Rufino Martos, M. Martos, Gloria Merino, E. Melero, Domingo Molina, Molinero Ayala, Juan Molino, J. Moral, Manuel Moral, Dolores Montijano, S. Morato, Moyano Seco, Fausto Olivares, Pepe Olívares, Luis Orihuela, R. Ortega, P. Palenciano, Palomino, Parras, P. Redondo, Rodríguez Callejón, Rodríguez Gabucio, Pedro Ruiz, M. Ruiz, Ripoll, Serrano Cuesta, C. Unguetti, Luis Verdes, M. Viribay.

BODEGÓN, óleo s/ lienzo de 1980

Estos hechos parecen, necesariamente, resultados o consecuencias de aquella Escuela de Dibujo que en 1866 creara Manuel de la Paz Mosquero en la Sociedad Económica de Amigos del País, que se continuó en Rodríguez de la Torre, Jiménez Linde, Hidalgo de Caviedes, Jacinto Higueras, Cristóbal Ruiz, Nogué, Angeles Ortiz, Márquez, Zabaleta (a quien conocí y traté algo), entre otros menos conocidos.
El clima de nuestra ciudad era —y lo sigue siendo— poco propicio o conexionado con las corrientes artísticas que se desarrollaban o experimentaban en el mundo, como pudieron ser los nabis, fauves, expresionistas, cubistas, futuristas, dadaistas, surrealistas, etc... hasta llegar a la posmodernidad de ahora mismo, de forma que se guz,-daren y se conservan parcialmente y, en general, con cierta pureza y particularidad de visión la mayoría de ellos.
Comprobado está y fuera de duda que la comunicación, el contacto, la puesta al día, se hacen necesarios y son enriquecedores más, sin menospreciar y valorando mucho, así mismo, lo que tiene de sabor la intuición, la espontaneidad, lo autóctono.
Pese a que algunos sí tuvieron contacto con el exterior, sí salen al extranjero o se trasladan a ciudades mayores, resulta curioso observar que no han habido cambios revolucionarios en la trayectoria plástica de apenas ninguno de entre ellos. Sus características siguen muy acusadas y casi homoaeneas (si se exceptúan un par de casos) y, estas características comunes, en líneas generales, me parece que son: fortaleza de trazo y de color en cálidos tonos ricos que provocan fuertes reacciones físicas, formas vivaces, emocionadas, que expresan el subconsciente sublimado (téngase en cuenta que la representación de cualquier clase no es un fin sino el modo de expresar sentimientos), espontaneidad, libertad, exteriorización del pensamiento hasta hacerlo sensible como fusión de la realidad y el deseo, dentro de técnicas y principios estéticos más o menos clásicos pero siempre mostrando los más líricos acento, gestos deslumbrados hermosamente por la luz, que no les dejó casi mirar dentro de sí mismos. Tenían y tienen la inocencia más pura, como niños de ojos grandes y corazón de pájaro para volar espacios. Persistieron casi todos con más o menos fortuna y dieron lugar a una época ilusionada, plena, vital de ambiente e inquietudes.
Hubo un hecho trascendente que fue el paso por Jaén de Fernando Somoza que imprimió su huella tan indeleblemente que aún perdura su gran recuerdo.
Ahora, de nuevo, se caldea el panorama; ¡es bueno y son válidos todos los intentos! Tanto de la Escuela de Artes y Oficios, Galerías, Organismos, artistas... Hemos de procurar hermanarlos y apoyarles y que se guarden los testimonios para la historia, que siga y sea esta Escuela continuación de aquella de Amigos del País, potenciada al máximo con nuevos planteamientos, con cursillos extraordinarios de Pintura, Escultura, Cerámica, etc. que, junto a estas exposiciones, más ayudas y el Archivo que se confeccione, sean testimonios para la historia y motivaciones en el presente.
¡Qué todo se guarde para que nada pequeño se pierda! porque, ¡Todo es pequeño! ¡Todo es grande!

CARMEN BERMÚDEZ MELERO
(Tesorera de la Asociación E. de Críticos de Arte
y miembro de la Asociación Internacional).

FUENTE: Currriculum y texto sacado del catálogo de la exposición conjunta con Leonardo Ballesteros, José Cortés y Juan Hidalgo, en la Galería Jabalcuz de Jaén en 1986.

Algunas obras del artista que aparecen reproducidas en algunos catálogos
que obran en mi poder.

 

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Gracias a su hija Maria del Carmen Hidalgo Pancorbo
por facilitarme imágenes de las obras de su padre para poder completar esta galería.